Relacionar una obra filosófica de hace seis siglos con el periodismo suena remoto, aun así, los conceptos manejados en el Discurso del Método por René Descartes, filósofo del renacimiento, no está alejado del panorama actual. Para este filosofo la razón es una condición del ser humano base de su individualidad e independencia, además es el inicio de la curiosidad y el anhelo para conocer el mundo que lo rodea.
Esta es sin duda una cualidad del periodista, quien captura el entorno de forma distinta. Sin embargo, los medios de comunicación se han encargado de crear “realidades”, que no necesariamente son sinónimos de verdad. Allí, los conceptos en sociedad están formados por patrones de información particular, donde según Descartes no es lo mismo pensar en lo colectivo que individual, puesto que el margen de error en una sola persona es mínimo sí de buscar veracidad se trata.
No siempre contextualizar las mismas ideas en una sociedad resulta productivo a la hora de acercarse a la verdad, pero resulta menos riesgoso para los que ejercen esta ardua tarea. Sólo Estableciendo la duda metódica como herramienta esencial para conducir a la verdad en el periodismo, sería el principio fundamental para establecer el auténtico rol de comunicador social.
Para seguir comparando esta gran obra filosófica con el presente y por qué no, con el futuro del periodismo, es necesario hablar de una de las ideas más trascendentales en la historia de la humanidad. El conocimiento Innato. Descartes dice que todo ser humano nace con la idea o un principio basado en nociones que serán desarrollados a lo largo de su vida, los cuales estarán ligados a la profesión de cada uno. En el periodismo, la experiencia no debe ser algo que se improvise, puesto que no sólo tenemos la responsabilidad de informar si no también de generar actitudes y formas de pensar que de acuerdo a los problemas de nuestro contexto, llevarían a cambiar incluso la historia y esto no se adquiere de forma innata.
martes, 27 de febrero de 2007
lunes, 19 de febrero de 2007
RELACIÒN MÉDICO PACIENTE: ¿GENERADOR DE CONFIANZA?
Los médicos de la IPS Cafam, llevan la rutina asociada a los temores de los pacientes
“Las primeras terapias fueron realmente traumáticas”, así lo afirma la fisioterapeuta Ana Sanabria, quien trabaja en la IPS Cafam desde hace 2 años. Ella los ha acompañado a lo largo de todo el proceso a Juan David y Juan Felipe, gemelos de 10 meses. Hoy por hoy la comunicación y el estimulo fueron las únicas herramientas para que estos niños lleguen todos los días dispuestos, no sólo a la terapia si no que además a contagiar de risas un consultorio que en su ambiente genera temor.
Juan David y Juan Felipe como tantos niños no les gusta ir al médico. Prueba de ello está en el primer día en el que asistieron a la terapia, así lo recuerda la Dr. Ana Sanabria. “Ellos lloraban todo el tiempo, pero poco a poco me fui ganando un espacio de confianza y hoy llegan alegres, motivados”.
Tres pisos hacia abajo de Fisioterapia queda uno de los sitios que más pánico produce entre los niños y grandes, sin embargo es paradójico pero es el más visitado. Así lo confirma el Dr. Juan Conto, Odontólogo desde hace 6 años en un consultorio particular, quien afirma que los niños son los pacientes que se dejan tratar, pues ha tenido casos en los que la gente adulta todavía “llora” asistiendo a un tratamiento odontológico.
Según dice el Dr. conto la solución para que los pacientes enfrenten sus miedos es responsabilidad del 80% del profesional de la salud, pues en ellos está el compromiso de establecer seguridad para su bienestar.
“El miedo que sentimos los pacientes esta condicionado por el trato que se de en la primera consulta” así lo asegura el señor Celso Velandía, quien utiliza los servicios de esta IPS desde hace 4 años, quien con gran temor ha tenido que soportar los exámenes de laboratorio.
Y es que ninguno está exento ir a este sitio. Sin embargo, cuando ya se divisa el panorama de los niños gritando, haciendo cualquier cosa para no dejarse introducir una aguja en sus venas y mientras que la persona que le está tomando la muestra dice algunas palabras alentadoras, que ya después de haber atendido a más de 40 se oye monótona y poco creíble.
Cuando se trata de una consulta médica, la confianza sale de algún modo no importa sí es en una visita de control o en un tratamiento, lo cierto es que es una relación que debe estar basada en la seguridad y sobretodo en la buena atención de los profesionales de la salud hacia sus pacientes.
Los médicos de la IPS Cafam, llevan la rutina asociada a los temores de los pacientes
“Las primeras terapias fueron realmente traumáticas”, así lo afirma la fisioterapeuta Ana Sanabria, quien trabaja en la IPS Cafam desde hace 2 años. Ella los ha acompañado a lo largo de todo el proceso a Juan David y Juan Felipe, gemelos de 10 meses. Hoy por hoy la comunicación y el estimulo fueron las únicas herramientas para que estos niños lleguen todos los días dispuestos, no sólo a la terapia si no que además a contagiar de risas un consultorio que en su ambiente genera temor.
Juan David y Juan Felipe como tantos niños no les gusta ir al médico. Prueba de ello está en el primer día en el que asistieron a la terapia, así lo recuerda la Dr. Ana Sanabria. “Ellos lloraban todo el tiempo, pero poco a poco me fui ganando un espacio de confianza y hoy llegan alegres, motivados”.
Tres pisos hacia abajo de Fisioterapia queda uno de los sitios que más pánico produce entre los niños y grandes, sin embargo es paradójico pero es el más visitado. Así lo confirma el Dr. Juan Conto, Odontólogo desde hace 6 años en un consultorio particular, quien afirma que los niños son los pacientes que se dejan tratar, pues ha tenido casos en los que la gente adulta todavía “llora” asistiendo a un tratamiento odontológico.
Según dice el Dr. conto la solución para que los pacientes enfrenten sus miedos es responsabilidad del 80% del profesional de la salud, pues en ellos está el compromiso de establecer seguridad para su bienestar.
“El miedo que sentimos los pacientes esta condicionado por el trato que se de en la primera consulta” así lo asegura el señor Celso Velandía, quien utiliza los servicios de esta IPS desde hace 4 años, quien con gran temor ha tenido que soportar los exámenes de laboratorio.
Y es que ninguno está exento ir a este sitio. Sin embargo, cuando ya se divisa el panorama de los niños gritando, haciendo cualquier cosa para no dejarse introducir una aguja en sus venas y mientras que la persona que le está tomando la muestra dice algunas palabras alentadoras, que ya después de haber atendido a más de 40 se oye monótona y poco creíble.
Cuando se trata de una consulta médica, la confianza sale de algún modo no importa sí es en una visita de control o en un tratamiento, lo cierto es que es una relación que debe estar basada en la seguridad y sobretodo en la buena atención de los profesionales de la salud hacia sus pacientes.
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